Wednesday, June 16, 2010

El Ratón Viajero

El Ratón Viajero
Parece que a muchos que viajamos desde Venezuela al exterior para unas pequeñas y modestas vacaciones, nos da un especié de “ratón viajero” al regresar a nuestro país. Venezuela, te sufro y te amo tanto. Más o menos podría decir lo mismo de alguna otra persona en alguna otra relación que he tenido en mi pasado lejano y no tan lejano, pero no me acuerdo de ninguna relación pasado o presente que supere mi relación con mi país, esa sensación de abismo y tristeza cuando llego a Maiquetía para ver que está todo peor a cuando me fui.
Yo no creo en culpar a Chávez. Ni creo en culpar a los burgueses dueños de empresas privadas. No apuntaré mi dedo hacia los chavechoros corruptos. No me burlaré en actitud de irónica crueldad hacia “el pueblo” que todo aguanta. Pero sí creo que el venezolano a pie como yo, como tú, independientemente de nuestras creencias sociales o políticas o personales, tenemos que seguir insistiendo en asumir individualmente la responsabilidad de hacer propio nuestro país, para así contribuir a que este país no muera más. En la semana siguiente a mi regreso a Caracas, indagué y fustigué a mi ego, reconstruí las razones por la cual me apego a lo material, y por ende porqué sufro al sentir que me quitan la libertad de consumir o no consumir, porqué me molesta si me coartan lo que siento es mi derecho de escoger entre esto o aquello si esto o aquello ya ni siquiera son opciones, me volví a preguntarme qué me motiva levantarme cada día a pesar de que la inflación nos come los sueldos, y cuáles serían mis responsabilidades para seguir viva en este cuerpo, en este plano, en esta sanidad aparente y temporal.
Apartando mis otros “issues” o temas que últimamente me han obligado a reconstruir mi vida personal, debo también afrontar mi deber como ciudadana. En este mi pequeño espacio, en este modesto círculo de energía, intentaré generar respuestas y acciones para hacer el bien. Confío en esto, confío solo en mi voluntad para ser valiente, para informarme y abrir los ojos.
Yo sueño por un Caracas amable, de ciudadanía, sentido de pertenencia, espacios para caminar a cualquier hora del día y no ser atracada. Disfruto esos pequeños globos milagrosos que se asoman momentáneamente como efímeros rayos de luz, yoga en La Estancia, concierto de reggae gratis en Plaza Caracas, paseos gratos y alegres en las calles del Municipio Chacao, deportes en el Parque del Este, piscinas y juegos inflables para niños y niñas en el Municipio Sucre…Pero esos son instantes efímeros. Regreso a mi barrio y cruzo un Petare que huele a muertos. Observo a los perros callejeros y los indigentes con muecas de desespero. Lloro al niño pidiendo limosna en el semáforo. Mi alma cae, advirtiendo un grupo de adolescentes escondiendo armas de fuego en sus ropas, en la vía rápida de aniquilamiento entre mafias de las drogas. Y me imagino todo lo que no se vé ni se lee en la prensa, todo lo escondido debajo del desdén, de la corrupción, del miedo. Este monstruo tiene mil cabezas, ¿por dónde empezar y acaso valdrá la pena desenvainar mi espada del corazón? Me siento sola e inútil ante tanta realidad de violencias y temores. Siento que en general, ya Venezuela perdió su madre, perdió la mujer que educa, perdió la mamá que alimenta amor, perdió su comunicación para la paz. Venezuela es guerra en las calles, una guerra civil que es peor que cualquier otra guerra, pues es contra nosotros mismos.
Pero insisto. Sueño en la verdadera educación para la libertad. Sueño que la música y el aikido sean las llaves para la paz. Creo en la inteligencia. Creo en los acuerdos entre gentes con diferentes opiniones. Creo que hay un ciclo y que por naturaleza se deberá despertar la nación cuando ya casi no le quede vida. Acciono mi día a día para no perder ánimo en expresar mis ideas sin represión. Y aspiro a una calidad de vida que permita la sonrisa en cada transeúnte, y sobre todas las cosas, sueño que en Venezuela seamos de verdad educados para seguir educándonos en la maestría de la convivencia. ¿Viviré para experimentar esto? ¿Estaré aquí en este país cuando esto se materialice? Ojala que sí…

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